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domingo, 23 de septiembre de 2018

El memorial del 68 - serie documental


El Memorial del 68
Documental de Nicolás Echevarría







Coproducida por TV UNAM y el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), en la serie se realiza un extenso recuento del movimiento que marcó a México y sentó las bases de muchos de los cambios que experimentó la sociedad mexicana, a partir de esos días trágicos. Se trata de cinco programas de las imágenes del momento y la voz de los protagonistas de los hechos, para conocer el origen del movimiento, su espectacular desarrollo y la brutal represión que debió enfrentar, pero también su rica herencia democrática que abrió paso al México de nuestros días.


Los programas son:
"1 El milagro mexicano"; "2 Viva la discrepancia"; "3 Todo tiene un límite"; "4 - 2 de octubre" y "5 El canto del cisne".

Nicolás Echevarría (Tepic, Nayarit, 1947), es músico, pintor, productor, director, guionista, fotógrafo y documentalista de cine; abandonó sus estudios de arquitectura para entrar en el Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. Estudió composición en 1969 en el taller fundado por Carlos Chávez, y un año después fundó junto con Mario Lavista el grupo de composición Quanta. En 1972 inició sus estudios sobre cine en Milenium Film Workshop de Nueva York, y sobre animación en la School of Visual Arts; posteriormente se especializó en el documental sobre el mundo indígena, tema que ha abarcado casi toda su producción cinematográfica. A su regreso a México, en 1973, dirigió su primer cortometraje documental en 16 milímetros, titulado "Judea. Semana Santa entre los coras", en el cual da testimonio de los rituales religiosos de la población aborigen de Nayarit. De igual manera sucede con su mediometraje "Tesgüinada, Semana Santa Tarahumara" (1979), pero con la diferencia de que los protagonistas son gente de la sierra de Chihuahua.



Echevarría confesó: “Memorial del 68 no aporta nuevas teorías sobre los culpables; pretende hacer una reconstrucción de la memoria, ver cómo cada uno de los 57 entrevistados da su testimonio, a veces diferente; es una especie de evangelio del movimiento estudiantil de 1968, donde cada entrevistado aporta su versión, y todas juntas nos dan una nueva. Además, por TvUNAM pasaremos una serie de cinco capítulos de una hora con el resto del material, en octubre”.

Memorial del 68 llevó dos años de investigación; contiene 57 testimonios, entre ellos, de líderes del movimiento, como Raúl Alvarez Garín, Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, Pablo Gómez, y de escritores, como José Agustín, David Huerta, Carlos Monsiváis, Andrea Revueltas, Elena Poniatowska y Nacha Rodríguez, entre otros.


Con información de:

http://www.jornada.com.mx/2008/09/18/index.php?section=espectaculos&article=a10n1esp

http://wradio.com.mx/radio/2008/09/26/entretenimiento/1222478160_679021.html




miércoles, 19 de septiembre de 2018

Libros sobre el 2 de octubre Tlatelolco 1968


Libros para leer y/o descargar sobre
La matanza del 2 de octubre en Tlatelolco en 1968






La noche de Tlatelolco: Testimonios de historia oral es una crónica de la periodista mexicana Elena Poniatowska basada en la matanza estudiantil sucedida durante el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas, también conocida como Conjunto Habitacional de Tlatelolco, en Ciudad de México.

Poniatowska recopiló una serie de testimonios que recogen el pensamiento y sentimiento de personas a favor y contra el movimiento estudiantil. La segunda parte del libro se trata de la noche del masacre y los sentimientos de los estudiantes, víctimas y familia. Los testimonios empezaron a recogerse en octubre y noviembre de 1968 y continuaron hasta 2 años después y el libro se publicó en 1971. Adicionalmente, la obra debió ser corregida por la autora tras decisión judicial a solicitud de Luis González de Alba, en cuyo libro Los días y los años se inspiró Poniatowska.







Revueltas fue uno de los pocos intelectuales a quienes el Movimiento Estudiantil de 1968 no tomó por sorpresa. Se le puede ver, desde la primera hora, en la misma trinchera en la que se mantuvo toda su vida, no sólo como un escritor comprometido y solidario –que siempre lo fue– sino como un militante más. En México 68: Juventud y Revolución se recogen todos los textos escritos por Revueltas –la mayor parte de ellos inéditos– durante los meses del movimiento y, más tarde, en la prisión de Lecumberri. Se trata de materiales de distinto orden, elaborados en las más diversas (y a veces inconcebibles) situaciones: reflexiones críticas en torno a la autogestión universitaria; apuntes, notas y comentarios políticos, cartas, documentos y notas personales que, en rigor, son un diario del movimiento. En ellos el lector hallará, sin duda, un fresco vivo, sugerente y lúcido de los sucesos.















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martes, 18 de septiembre de 2018

El Colegio de México y el 68 - Documental de investigación






Documental que hace un seguimiento detallado del papel de la Comunidad del Colegio de México en los hechos del año 1968 durante el movimiento estudiantil que terminó en la masacre del 2 de octubre.



Página con un recorrido multimedia y material extra del documental:



Para este extenso trabajo fueron entrevistados:


Sergio Aguayo

Guillermo Palacios

Margit Frenk
José Antonio Crespo

Clara Jusidman

Julio Bolvinik

Jorge Aguilar Mora

Enrique Cossío

Miguel Angel Rivera

Lorenzo Meyer


Simón Rodríguez






Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez (Caracas, Venezuela, 28 de octubre de 1769–Amotape, Paita, Perú, 28 de febrero de 1854), conocido en su exilio de la América española como Samuel Robinsón, fue un educador, escritor, ensayista y filósofo venezolano. Tutor y mentor del Libertador Simón Bolívar y Andrés Bello.


Biografía

Primeros años

Simón Rodríguez nació, en Caracas el 28 de octubre de 1769.1​ Este párvulo expósito tuvo por nombre Simón Narciso de Jesús, de lo que se colige su fecha de nacimiento, si se considera que el 28 de octubre es el día de san Simón Apóstol y el 29, el día de san Narciso de Jerusalén. Se asume, pues, que de acuerdo a la tradición de nombrar a los expósitos según el santoral, Simón Rodríguez nació la noche del 28 al 29 de octubre de 1769.

Tuvo por padre a un clérigo nombrado Carreño, cuyo apellido llevó don Simón por algún tiempo; pero que cambió después por el de Rodríguez. [...] Don Simón no fue hijo único; tuvo un hermano, llamado Cayetano, que de afición llegó a ser el mejor músico de Venezuela.

Amunátegui, quien fuera el primer biógrafo de Simón Rodríguez, probablemente se haya basado en el testimonio de Andrés Bello, a quien conoció en Santiago de Chile. Y es que Andrés Bello y Simón Rodríguez habían sido vecinos en Caracas, habitando ambos en casas del Callejón de la Merced, frente a la iglesia del mismo nombre. Andrés Bello se crio en la casa de su abuelo, el gran pintor Juan Pedro López; Simón y Cayetano vivieron en la casa del sacerdote Alejandro Carreño.

Arturo Uslar Pietri1​ y más recientemente Rafael Fernández Heres3​ han rechazado la idea de que Simón Rodríguez haya sido hijo natural de un sacerdote católico.

Sin embargo, la tradición ha dado por cierto que Simón Rodríguez y Cayetano Carreño fueron hijos naturales del sacerdote Alejandro Carreño y Rosalía Rodríguez, y así lo recogen tanto Arístides Rojas ―quien afirma haber recibido sus datos del último hijo sobreviviente de Cayetano Carreño (también llamado Cayetano), sobrino de Simón Rodríguez―4​ como Ramón de la Plaza.5​ Sea como fuere, el hecho es que Simón y Cayetano se criaron juntos, y fueron conocidos en Caracas como «los hermanos Carreño».

Cotejando los censos de la parroquia de Altagracia es posible arrojar luz sobre la crianza de Simón Rodríguez. En las matrículas de los años 1774, 1775 y 1776 aparecen los párvulos expósitos Simón y Cayetano, registrados en casa de Rosalía Rodríguez, viuda, quien era hija de un propietario de haciendas y ganaderías en los llanos del Guárico, descendiente de canarios.6​ No es descabellado suponer que hacia 1780 ―luego del matrimonio de Rosalía Rodríguez con Ignacio Abay― los niños Simón y Cayetano hayan tenido que cambiar de hogar. Y en efecto, la matrícula de 1790 de la parroquia de Altagracia registra a los jóvenes en casa del sacerdote Alejandro Carreño.7​ En 1791, luego de la muerte de Alejandro Carreño, los hermanos quedaron bajo la tutela de su tío materno, el sacerdote Juan Rafael Rodríguez,4​ canónigo doctoral de la catedral y hermano de Rosalía Rodríguez. Simón y Cayetano ocuparon una casa en la «calle segunda de norte a sur... cuadra de Nuestra Señora de la Salud»8​ (hoy esquinas de Ibarras a Madrices), casa en la que probablemente vivieron juntos hasta el casamiento de Cayetano en 1794.


Maestro

En mayo de 1791 ―cuando ya tenía 21 años― el Cabildo de Caracas le dio un puesto como profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños. En esta escuela tuvo la oportunidad de ser el tutor del futuro libertador Simón Bolívar.

El tutor de Bolívar, Carlos Palacios y Blanco, decidió enviar a Bolívar a vivir con Simón Rodríguez porque no podía atenderlo personalmente. Ante la perspectiva de vivir con Rodríguez, el 23 de julio de 1795 Bolívar escapó de la casa de su tío Carlos para refugiarse en la casa de su hermana María Antonia, quien ejerció su custodia temporal, hasta que la Real Audiencia de Caracas resolvió el litigio judicial y devolvió a Carlos Palacios la custodia de Bolívar. Este trató de resistirse pero fue sacado por la fuerza de casa de su hermana y llevado en volandas por un esclavo hasta la humilde casa de Rodríguez. Bolívar tuvo que compartir el espacio con otros veinte niños en una casa no apta para ello, y por ello escapó de allí un par de veces, en las que terminó volviendo por orden de los tribunales. En 1794, Simón Rodríguez presentó un escrito crítico, Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas y medios de lograr su reforma por un nuevo establecimiento. Fuertemente influenciado por el Emilio de Jean-Jacques Rousseau, Simón Rodríguez desarrolló una revolucionaria concepción de lo que debía ser el modelo educativo de las naciones americanas. En 1824, el mismo Bolívar ―en carta al general Santander― decía que su maestro «enseñaba divirtiendo». Este espíritu que intentaba romper con las rígidas costumbres educativas del colonialismo español se reflejaría en toda la obra y el pensamiento de Simón Rodríguez.

Su participación en la Conspiración de Gual y España, descubierta en julio de 1797, en contra de la corona española lo obligó a renunciar a su cargo de maestro y huir del territorio venezolano, con 27 años.


Samuel Robinsón

En 1797, en la villa de Kingston (en la isla de Jamaica), cambió su nombre a Samuel Robinsón. Después de permanecer algunos años en los Estados Unidos, en 1801 viajó a Francia. En 1804, con 34 años, se encontró en París con Simón Bolívar (21 años), de quien había sido maestro poco más de diez años antes.

El año anterior (1803) Bolívar había viajado a Europa desolado porque el 22 de enero de 1803 había fallecido en Caracas su esposa madrileña, con la que estuvo casado apenas unos meses.

Al año siguiente (1805) viajaron juntos a Italia. En Milán fueron testigos presenciales de la coronación de Napoleón Bonaparte como rey de Italia y de Roma. El 15 de agosto de 1805, Rodríguez fue testigo del famoso juramento de Bolívar sobre el monte Sacro (en Roma), en donde se comprometió a liberar a toda América de la corona española.9​ Simón Rodríguez lo registró para la Historia. Bolívar regresó a Venezuela al año siguiente (1806).

Entre 1806 y 1823, mientras se libraba gran parte de la Guerra de Independencia en su natal Venezuela, Rodríguez vivió en Italia, Alemania, Rusia, Prusia y Países Bajos. Luego daría su opinión sobre este periodo de tiempo diciendo:

"Permanecí en Europa por más de veinte años; trabajé en un laboratorio de química industrial […]; concurrí a juntas secretas de carácter socialista […]. Estudié un poco de literatura, aprendí lenguas y regenté una escuela de primeras letras en un pueblecito de Rusia."
Simón Rodríguez


Regresa a América en 1823, usando el nombre de Simón Rodríguez nuevamente. En 1824 establece en Colombia la primera «escuela-taller». Atiende al llamado hecho por Bolívar desde el Perú, y es nombrado «Director de la Educación Pública, Ciencias, Artes Físicas y Matemáticas» y «Director de Minas, Agricultura y Vías Públicas» de Bolivia.

En 1826, establece una segunda escuela-taller como parte del proyecto para toda Bolivia. Pero el Mariscal Antonio José de Sucre, presidente de Bolivia desde octubre de 1826, no tenía una buena relación con él, por lo que Rodríguez dimitió el mismo año, trabajando el resto de su vida como educador y escritor, viviendo alternadamente entre Perú, Chile y Ecuador. Muy importante es su trabajo titulado Sociedades Americanas, dividido en varias ediciones publicadas en Arequipa (1828), Concepción (1834), Valparaíso (1838), y Lima (1842). El texto insiste en la necesidad de buscar soluciones propias para los problemas de Hispanoamérica, idea que sintetiza su frase:


La América española es original, originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales sus medios de fundar uno y otro. O inventamos, o erramos.

Otra obra importante fue El Libertador del Mediodía de América y sus compañeros de Armas (de 1830), un alegato sobre la lucha social que emprendía Bolívar en esa época.


Epílogo

En los años finales de su vida dio clases en varios colegios de Quito y Guayaquil (Ecuador); debido a un incendio que azotó esta ciudad, gran parte de su obra quedó hecha cenizas.12​

En 1853 emprendió su último viaje rumbo a Lima (Perú) al lado de su hijo José, y de Camilo Gómez, un compañero de este, en Paita mantuvo contacto con la heroína sudamericana Manuela Sáenz quien también se encontraba exiliada allí. La muerte lo sorprendió el 28 de febrero de 1854, con 84 años, en el caserío de Amotape, a orillas del río Chira.13​ Fue asistido por Camilo Gómez.

Setenta años después (hacia 1925) sus restos fueron trasladados al panteón de Perú, y en 1954 al Panteón Nacional de su Caracas natal.


Obras

Representación al Ayuntamiento (Caracas, 1793).
Reflexiones sobre los defectos que vician la escuela de primeras letras en Caracas, y medio de lograr su reforma por un nuevo establecimiento (Caracas, 1794).
Sociedades americanas en 1828, cómo serán y cómo podrían ser en los siglos venideros (Arequipa, 1828).
El libertador del Mediodía de América y sus compañeros de armas, defendidos por un amigo de la causa social (Arequipa, 1830).
Observaciones sobre el terreno de Vincocaya con respecto a la empresa de desviar el curso natural de sus aguas y conducirlas por el río Zumbai al de Arequipa (Arequipa, 1830).
Sociedades americanas en 1828, cómo serán y cómo podrían ser en los siglos venideros [Luces y virtudes sociales] (Concepción, Imprenta del Instituto, 1834).
Informe sobre el terremoto de Concepción (Concepción, 1835).
Sociedades americanas en 1828. Cómo serán y cómo podrían ser en los siglos venideros [Primera parte. Luces y virtudes sociales] (Valparaíso, Imprenta del Mercurio, 1840).
Partidos (11 artículos) (Valparaíso, El Mercurio, 1840).
Sociedades americanas en 1828, cómo serán y cómo podrían ser en los siglos venideros (Lima, Imprenta del Comercio, 1842).16​
Crítica de las providencias del gobierno (Lima, Imprenta del Comercio, 1843).
Extracto sucinto de mi Obra sobre la Educación Republicana (3 artículos) (Bogotá, El Neo Granadino, 1849).
Consejos de amigo dados al Colegio de Latacunga (Latacunga, 1851).


Honores

En 1981, Arturo Uslar Pietri escribió una biografía novelada sobre Simón Rodríguez, La isla de Róbinson.

El presidente venezolano Hugo Chávez fundó la Misión Robinsón (por el seudónimo «Samuel Robinsón» que utilizó Simón Rodríguez), un programa social del Gobierno nacional para enseñar a leer y escribir a la población analfabeta.

En Caracas (Venezuela) se nombró en su honor la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. También existe en esta ciudad un sector epónimo ubicado al norte de la misma, cerca de la estación del Teleférico de Caracas.

El Consejo Municipal de Caracas otorga el premio Simón Rodríguez, que se ha transformado en uno de los más prestigiosos de Venezuela.

En Cali (Colombia) se nombró en su honor la Institución Educativa Técnica de Comercio «Simón Rodríguez».

Aparece en el billete de 50 y 10 000 bolívares.




Con información de:
https://es.wikipedia.org/wiki/Simón_Rodríguez

José Carlos Mariátegui








José Carlos Mariátegui La Chira (Moquegua, 14 de junio de 1894, Lima, Perú, 16 de abril de 1930) fue un escritor, periodista y pensador político peruano, autor prolífico a pesar de su temprana muerte. El Amauta (del quechua: hamawt'a, "maestro") es el nombre con el que también se conoce en su país, y fue uno de los principales estudiosos del marxismo en América Latina. De entre sus libros, los 7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana es una obra de referencia para la intelectualidad del continente.1​ Fue el fundador del Partido Socialista Peruano en 1928 (que, tras su muerte, pasaría a denominarse Partido Comunista Peruano, a instancias de la III Internacional, y por obra de Eudocio Ravines, que ejercía entonces la secretaría general del partido), fuerza política que, según su acta de fundación, tendría como herramienta axial al marxismo-leninismo, y de la Confederación General de Trabajadores del Perú, en 1929.

Para el sociólogo y filósofo Michael Löwy, Mariátegui es "indudablemente, el pensador marxista más vigoroso y original que América Latina haya conocido”.2​ En la misma línea, José Pablo Feinmann, filósofo y crítico cultural argentino, lo declaró que se trata del "más grande filósofo marxista de Latinoamérica".


Biografía

Infancia y juventud

Mariátegui nació en Moquegua, en el seno de una familia humilde. Sus padres fueron María Amalia La Chira Ballejos y Francisco Javier Mariátegui Requejo. Entre sus antepasados se contaba el ilustre pensador liberal Francisco Javier Mariátegui y Tellería. Tuvo dos hermanos: Guillermina y Julio César Mariátegui.

En 1899 se trasladó con su madre y sus hermanos a Huacho y en 1902, tras un accidente en la escuela, fue internado en la clínica Maison de Santé de Lima. Su convalecencia fue larga y quedó con una anquilosis en la pierna izquierda que lo acompañaría el resto de su vida. Por haber quedado inhabilitado para las recreaciones propias de su edad, frecuentó desde entonces la lectura y la reflexión.

En 1909, ingresó al diario La Prensa para realizar tareas auxiliares, primero como alcanzarrejones (portapliegos) y luego como ayudante de linotipista. A pesar de no haber culminado sus estudios escolares, llegó a formarse en periodismo y empezó a trabajar como articulista, primero en La Prensa (1914-1916) y luego en el diario El Tiempo (1916-1919), al mismo tiempo que colaboraba en las revistas Mundo Limeño, Lulú, El Turf y Colónida. Usando el seudónimo de Juan Croniqueur ironizó la frivolidad limeña y exhibió una vasta cultura autodidacta, que lo aproximó a los núcleos intelectuales y artísticos de vanguardia. Se hizo amigo del escritor Abraham Valdelomar con quien formó un dúo diletante cuyos duelos de ingenio eran reproducidos por ellos mismos en sus crónicas. Por esa época (llamada luego despectivamente por él mismo como su “edad de piedra”) cultivó con entusiasmo la poesía pero nunca publicó su anunciado poemario titulado Tristeza.



En 1918 sus intereses viraron hacia los problemas sociales. Fundó con el periodista César Falcón y Félix del Valle la revista Nuestra Época, desde donde criticó el militarismo y la política tradicional pero de la que solo salieron dos números. En 1919 e igualmente en colaboración con Falcón fundó el diario La Razón, desde donde apoyó la reforma universitaria y las luchas obreras. Dicho diario tampoco tuvo larga vida y fue clausurado por el gobierno del presidente Augusto B. Leguía, oficialmente por haberse expresado despectivamente de los miembros del parlamento, aunque lo más probable fuera por los crecientes reclamos populares que alentaba desde sus páginas.


Viaje a Europa y formación socialista

Junto con Jorge Falcón viajaron con rumbo a Europa gracias a una beca que le fue entregada por el gobierno de Leguía como una forma encubierta de deportación. Pasaron por Nueva York, coincidiendo con una huelga de trabajadores de los muelles del puerto, y en la Alemania de revolución espartaquista, para luego en noviembre llegar al puerto de Le Havre y de allí a París.3​

En Europa, a decir de él mismo, fue donde hizo su mejor aprendizaje. Se vinculó con escritores representativos, estudió idiomas, inquirió sobre las nuevas inquietudes intelectuales y artísticas y concurrió a conferencias y reuniones internacionales.

En Italia se casó con Ana Chiappe y estuvo presente durante la ocupación de las fábricas en Turín, así como en el XVII Congreso Nacional del Partido Socialista Italiano en Livorno, donde se produjo la escisión histórica y se conformó el Partido Comunista Italiano (PCI). Formó parte de círculos de estudio del PSI y asumió el marxismo como método de estudio, cuando Benito Mussolini estaba a punto de tomar el poder. Según su análisis, la victoria del fascismo es el precio que un país debe pagar por las contradicciones de la izquierda.

Abandona Italia y recorre Europa a la espera de poder volver al Perú. Visita París, Múnich, Viena, Budapest, Praga y Berlín.4​ Durante ese recorrido estudia los movimientos revolucionarios que convulsionan el continente europeo después de la guerra.



Retorno al Perú


El 17 de marzo de 1923 Mariátegui regresó a Lima, acompañado de su esposa y su primogénito. Dictó conferencias en la Universidad Popular González Prada sobre la crisis mundial derivada de la Primera Guerra Mundial. Asumió la dirección de la revista Claridad cuando Víctor Raúl Haya de la Torre, futuro líder del APRA, viajó a México en calidad de exiliado. Llamó a la realización del Frente Único de Trabajadores. A fines de ese mismo año anunció la publicación de "Vanguardia: Revista Semanal de Renovación Ideológica", co-dirigida con Félix del Valle, proyecto que no se llevaría a cabo pero que luego se transformaría en la Revista Amauta.

En 1924, debido a su antigua lesión, debió amputársele una pierna. Pero no cesó por ello su actividad creadora, continuándola recluido en una silla de ruedas. Pasó una temporada de reposo en Miraflores para mudarse el 1ro de junio de 1925 a la que sería su residencia más simbólica en la calle Washington, izquierda, No. 544,6​ hoy conocida como la Casa Museo José Carlos Mariátegui. En octubre de 1925 fundó la Editorial Minerva junto con su hermano Julio César que publicó obras suyas y de otros autores peruanos, comenzando por su primer libro recopilatorio de ensayos: La escena contemporánea,7​ sobre la política mundial. En 1926 fundó la revista Amauta (en quechua sabio o maestro), que cohesionó a una amplia generación de intelectuales en torno a una nueva apreciación del quehacer nacional y dio impulso al movimiento indigenista en arte y literatura. Asimismo, colaboró asiduamente en los semanarios limeños Variedades y Mundial.

Fue encarcelado en 1927 durante un proceso contra los comunistas acusados de conspirar contra el gobierno de Leguía, pero luego le dieron arresto domiciliario. En 1928 rompió ideológicamente con Víctor Raúl Haya de la Torre y fundó el Partido Socialista Peruano, convirtiéndose un año más tarde en su Secretario General. Durante el mismo año, fundó la revista comunista Labor y publicó sus monumentales 7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.8​ En 1929 fundó la Confederación General de Trabajadores del Perú.

El proyecto político de Mariátegui se puso a prueba en el Congreso Sindical Latinoamericano de Montevideo (mayo de 1929) y la Conferencia Comunista Latinoamericana (junio del mismo año). A ellas asistió el Partido Socialista Peruano con cinco delegados que llevan planteamiento de Mariátegui: Hugo Pesce, Julio Portocarrero, José Bracamonte (piloto de la Marina Mercante Nacional, fundador de la Federación de Tripulantes del Perú), Juan Peves (dirigente campesino de Ica, fundador de la Federación de Yanacones) y Carlos Saldías (dirigente textil). Estos planteamientos fueron cuestionados por el buró político de la Internacional en Sudamérica, generando una distancia entre los planteamientos de la Internacional Comunista y las posturas de Mariátegui. En definitiva, Mariátegui "no aceptó subordinarse a la jerarquía comunista".

En febrero de 1930, Eudocio Ravines fue nombrado Secretario General del Partido Socialista del Perú, en reemplazo de Mariátegui quien estaba preparando un viaje a Buenos Aires, donde podría tratar su enfermedad y participaría en el Consejo General de la Liga Antiimperialista. También proyectaba dar envergadura continental a su revista Amauta trasladando su sede de Lima a la capital de Argentina.


Últimos días antes de su muerte

A fines de marzo de 1930, Mariategui fue internado de emergencia siendo acompañado por sus amigos entre los cuales destacaron Diego San Roman Zeballos (creador de la revista El Poeta Hereje). Murió el 16 de abril, casi en vísperas de su esperado viaje a Buenos Aires. El 20 de mayo la dirección del Partido Socialista Peruano, con Eudocio Ravines como Secretario General y Jean Braham Fuentes Cruz como Presidente General, cambió el nombre del Partido Socialista del Perú por el de Partido Comunista Peruano.

Fue enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro con un masivo cortejo fúnebre​ y en el año 1955, conmemorándose los 25 años de su muerte fue trasladado a un nuevo mausoleo en el mismo cementerio (un túmulo de Granito obra del escultor español Eduardo Gastelu Macho).11​


Su pensamiento

Visión del Perú

La Conquista no sólo escindió la Historia del Perú, sino también escindió la economía. Antes de la llegada de los españoles existía una economía comunal indígena que era bastante sólida. Existía un bienestar material gracias a la organización colectivista de la sociedad incaica. Esta organización había enervado el impulso individual y a la vez había desarrollado el hábito de la obediencia al deber social.

La Conquista instauró así una economía de carácter feudal. No buscaban desarrollar una economía sólida sino sólo la explotación de los recursos naturales. Es decir, los españoles no se formaron como una fuerza colonizadora (como los ingleses en Estados Unidos), sino que se constituyeron como una pequeña corte, una burocracia. Este sistema acabó determinando la economía republicana.

La política económica de la Corona Española impedía el surgimiento de una burguesía en las colonias. Estas vieron necesaria la independencia para asegurar su desarrollo. La independencia se decide entonces por las necesidades del desarrollo capitalista, en ese sentido, Inglaterra cumplió un papel fundamental al apoyar a las nacientes naciones americanas.

Para Mariátegui, el gamonal invalida inevitablemente toda ley u ordenanza de protección del indígena o del campesino. Contra la autoridad del hacendado sostenida por el ambiente y el hábito, es impotente la ley escrita. El alcalde o el presidente municipal, concejo o ayuntamiento, el juez, el corregidor, el inspector, el comisario, el recaudador, la policía y el ejército están enfeudados a la gran propiedad. "La ley no puede prevalecer contra los gamonales. El funcionario que se obstinase en imponerla, sería abandonado y sacrificado por el poder central, cerca del cual son siempre omnipotentes las influencias del gamonalismo, que actúan directamente o a través del parlamento, por una y otra vía con la misma eficacia".

Es importante esclarecer la solidaridad y el compromiso a que gradualmente han llegado el gamonalismo regional y el régimen central: "de todos los defectos, de todos los vicios del régimen central, el gamonalismo es responsable y solidario". El gamonal es una pieza en la estructura de la administración centralizada: es el jefe local de uno de los partidos políticos de influencia nacional y es el eslabón fundamental en la cadena de una de las muchas clientelas del sistema político. El poder central recompensa al gamonal al permitirle disfrutar de innumerables contratos y alcabalas y actualmente, al dejar en sus manos las regalías que produce la explotación de recursos naturales por las multinacionales e innumerables contratos para complementarlas. En estas condiciones, cualquier descentralización termina con el resultado esencial de un acrecentamiento del poder del gamonalismo.


El guano y el salitre cumplieron un rol fundamental en el desarrollo de la economía peruana. Estos productos aumentaron rápidamente la riqueza del Estado, ya que la Europa industrial necesitaba estos recursos para mantener su productividad agrícola, productos que el Perú poseía en monopolio. Esta riqueza fue despilfarrada por el Estado Peruano. Pero permitió la aparición del capital comercial y bancario. Se empezó a constituir una clase capitalista, pero cuyo origen se encontraba en la vieja aristocracia peruana. Estos productos también permitieron la consolidación del poder de la costa, ya que hasta entonces, la minería había configurado a la economía peruana un carácter andino. En síntesis, el guano y el salitre permitieron la transformación de la economía peruana de un sistema feudal a un sistema capitalista.

Las nuevas naciones buscaron desarrollar el comercio. América Latina vendía sus recursos naturales y compraba productos manufacturados de Europa, generando un sistema que beneficiaba principalmente a las naciones europeas. Este sistema, permitió el desarrollo sólo a los países Atlánticos, ya que las distancias eran enormes para los países que se encontraban en la costa del pacífico como el caso del Perú. El Perú en cambio, comenzó a comerciar con el Asia, pero no logró el mismo desarrollo que los países del Atlántico.

Además, con la Guerra del Pacífico el Perú perdió el guano y el salitre. Pero esta guerra también significó la paralización de toda la producción nacional y el comercio, así como la pérdida del crédito exterior. El poder cayó temporalmente en manos de los militares, pero la burguesía limeña pronto recuperó su función. Se planteó el Contrato Grace como una medida para salir de la crisis. Este contrato consolidó el predominio británico en el Perú, al entregar en concesión los ferrocarriles por un periodo de 66 años.



El marxismo

Mariátegui se describe, desde su regreso de Europa, al marxismo, en la versión leninista de la Tercera Internacional, encontrándose notables similitudes con el pensamiento de Antonio Gramsci, especialmente en lo que atañe a la importancia de la superestructura cultural no como mero "reflejo", sino desde la valoración de sus potencialidades revolucionarias para generar contrahegemonía. Fruto de dicha noción será su revista teórica Amauta y el órgano revolucionario Labor, que será clausurado por el régimen de Leguía. Crítico incansable del reformismo de la Segunda Internacional y de la socialdemocracia, Mariátegui es considerado el primer marxista de América Latina, al enfatizar al papel de las masas indígenas como el auténtico "proletariado" del continente y pregonar la necesidad de una revolución socialista, influenciado por el sindicalismo radical de Georges Sorel.


El fascismo

Por su parte, mostró cómo el fascismo no era una "excepción" de Italia o un "cataclismo", sino un fenómeno internacional "posible dentro de la lógica de la Historia", del desarrollo de los monopolios en el imperialismo y de su necesidad de derrotar la lucha del proletariado. Mariátegui vio el fascismo como una respuesta del gran capital a una crisis social profunda, como la expresión de que la clase dominante no se siente ya suficientemente defendida por sus instituciones democráticas, por lo que culpa ante las masas de todos los males de la patria, al régimen parlamentario y a la lucha revolucionaria, y desata el culto a la violencia y al nuevo orden del Estado fascista, concebido como estructura autoritaria vertical de corporaciones. Mariátegui vislumbró cómo el triunfo del fascismo estaba inevitablemente destinado a exasperar la crisis europea y mundial.


Obras

En vida, Mariátegui publicó solo dos libros (La escena contemporánea y los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana), dejando inacabados e inéditos dos más (El alma matinal y Defensa del marxismo publicadas en 1950 y 1955, respectivamente, aunque gran parte de ellos ya había sido publicada en la prensa). Todas estas obras, sumadas a su abundante producción periodística recopilada (entre artículos, conferencias, ensayos y una novela breve), han sido editadas por sus herederos (su viuda y sus hijos), hasta llegar a conformar 20 tomos. Hay que señalar sin embargo, que entre dichos tomos hay dos biografías del autor (una de María Wiesse y otra de Armando Bazán), una síntesis del contenido de la revista Amauta, realizada por Alberto Tauro del Pino y una antología poética de diversos autores inspirada en la vida y obra de Mariátegui. Si hablamos de las “obras completas” propiamente dichas, estas solo suman en realidad 16 tomos. Sustancial obra que fue producida en un lapso de 7 años (1923-30).


Obras completas. Biblioteca Amauta


La escena contemporánea, Obras completas, Vol. 1. Ed. Amauta.

7 ensayos de interpretación de la realidad peruana, Obras completas, Vol. 2. Ed. Amauta.

El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy, Obras completas, Vol. 3. Ed. Amauta.

La novela y la vida. Siegfried y el profesor Canella, Obras completas, Vol. 4. Ed. Amauta..

Defensa del marxismo, Obras completas, Vol. 5. Ed. Amauta.

El artista y la época. Obras completas, Vol. 6. Ed. Amauta.

Signos y obras. Análisis del pensamiento literario contemporáneo, Obras completas, Vol. 7. Ed. Amauta.

Historia de la crisis mundial. Conferencias pronunciadas en 1923. Obras completas, Vol. 8. Ed. Amauta.

Poemas a Mariátegui (Compilación con prólogo de Pablo Neruda), Obras completas, Vol. 9. Ed. Amauta.

José Carlos Mariátegui por María Wiesse, Obras completas, Vol. 10. Ed. Amauta.

Peruanicemos al Perú, Obras completas, Vol. 11. Ed. Amauta.

Temas de nuestra América, Obras completas, Vol. 12. Ed. Amauta.

Ideología y política, Obras completas, Vol. 13. Ed. Amauta.

Temas de educación, Obras completas, Vol. 14. Ed. Amauta.

Cartas de Italia, Obras completas, Vol. 15. Ed. Amauta.

Figuras y aspectos de la vida mundial. Tomos 1, 2 y 3 Obras completas, Vol. 16, 17 y 18. Ed. Amauta.

Amauta y su influencia de Alberto Tauro, Obras completas, Vol. 19. Ed. Amauta.




Con información de:
https://es.wikipedia.org/wiki/José_Carlos_Mariátegui



Ver a través de las gafas de Paulo Freire: claridad política, coraje y humildad





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Clandestino La otra historia





En Marzo de 1971, 17 guerrilleros fueron capturados por el gobierno mexicano. Este hecho inauguró la Guerra Sucia en México, marcada por torturas y desapariciones. Esta es la historia de cinco exguerrilleros integrantes de una de las primeras organizaciones guerrilleras en México: el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR).

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*"La gente se puede estar muriendo de hambre, y mientras sepa que no se puede luchar, pues se muere de hambre y ya. Prefiere eso a morirse de una bala", dice uno de los protagonistas de Clandestino,  documental de Juan Pablo Arroyo. Por ello, en 1969, para demostrar que sí se podía luchar, nace en Morelia el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR).

Entrevistando a cinco ex integrantes del MAR, con una sobria fotografía y una estructura clásica en cuanto a la narrativa, el también director de Solaris expone esa otra historia, que hasta ahora, no había salido a la luz pública de uno de los grupos guerrilleros mexicanos que sufrió la llamada guerra sucia, caracterizada por la desaparición de personas.

Los 60 y 70 quedaron borrados. Cuando fui a la Filmoteca (de la UNAM) -platica Arroyo- no había imágenes de Lecumberri, de las mismas calles; me costó muchísimo trabajo conseguir imágenes. El gobierno de aquel entonces borró toda la información existente… obviamente no quería dejar rastro.

Los diarios le tiraban muy grueso a estos guerrilleros, los tachaban de delincuentes cuando en realidad eran personas idealistas. Y eso está muy duro, porque una cosa es cómo en aquel entonces el gobierno planteaba la historia, y otra cosa era cómo se vivía, desde el punto de vista de los guerrilleros o de una persona que luchaba por un ideal, la historia realmente.


El más caro

Clandestino, que se realizó durante cuatro meses en este mismo año y tuvo un costo aproximado de 100 mil pesos, es, a decir de Juan Pablo, su mejor trabajo que ha hecho en su vida y el más caro.

Confío mucho en este trabajo porque es el que trabajo más satisfecho me ha dejado en la vida y a la vez el más complejo que he hecho. El presupuesto lo saqué todo de mi bolsa. Para el cine igual y no es mucho, pero para una película independiente, sí es mucha lana. Sobre todo porque en Solaris estábamos acostumbrados a hacer cortos de dos y tres mil pesos.

En la cuestión sentimental traté de igualar el clímax de las entrevistas por separado, para que se lograra un gran clímax en todo el documental. Por ejemplo, empiezan diciendo cuáles eran sus ideologías en aquel momento, su viaje a Corea, cómo les fue en su estadía allá, en su regreso a México, las torturas, su estadía en Lecumberri y cuando salieron libres.

-¿Y por qué contar esta historia; cómo supiste del MAR?

Siempre me han gustado los documentales sociales y Edurne (Farías) –quien además de ser la guionista y la investigadora, actuó como co-directora- me propuso realizar el documental porque ella tenía conocidos que habían sido parte del MAR. Martha Cisneros, una de las pocas mujeres que se unió al MAR, fue la primera que contactamos y gracias a ella dimos con los demás.

Pero no todo fue así de fácil. Hubo muchos otros ex guerrilleros que no quisieron ser entrevistados, ya que a pesar de que han pasado casi 40 años, temen que aún pueda haber represalias; la policía durante varios años más, después de su liberación, a finales de los 70, los siguió investigando.

Hacer las entrevistas me costó mucho trabajo, tal vez por el tiempo, por el tema, por lo sensible del asunto. Entrevistar gente sobre un tema tan delicado me costó mucho trabajo, porque no sabía si los ofendía y los hacía recordar cosas dolorosas.

Y es que durante los 75 minutos del documental, las historias personales, pero a la vez, única, común, de los cinco ex guerrilleros pasan de la emoción de sus ideales, por el odio, por el dolor de las excesivas torturas, comandadas por Miguel Nazar Haro, titular de la extinta Dirección Federal de Seguridad, para terminar con algunas risas y con la recuperación de la esperanza justo cuando son liberados, aunque alguien como ellos, que fueron prisioneros durante siete años, no supieran qué hacer con la libertad.



Género: Documental. 
Duración: 78 mins. 
Año: 2008. 
País: México.



*Con información de:
http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-87467




Premios

"Ganador en el Festival Internacional de Cine de Morelia en el año 2008"

"Selección oficial 3er Festival Internacional de Cine y Foro de Derechos Humanos de México (DHFest)"

"Selección oficial Ciclo de Cine El orden que Tramonta, Centro Cultural Digital (CCD)"