Borrar de la memoria, dirigida por Alfredo Gurrola, escrita por Rafael Aviña y con la producción ejecutiva de Bosco Arochi, quien en entrevista con La Jornada dice: “Hace un año se proyectó por primera vez en el Festival Internacional de Cine de Morelia, después participó en el de Acapulco y también en el de la Ciudad de México. La expectativa es muy buena porque es un thriller que se liga a los acontecimientos del 68. Quiero precisar que toca tangencialmente el tema, pero no es una película sobre el movimiento estudiantil de 1968. Otra cosa que tiene a favor es que Alfredo Gurrola es un estupendo director que maneja muy bien el género, tiene dos trabajos sobresalientes Llámenme Mike y Días de combate. Siento que en Borrar de la memoria retrató muy bien la esencia de la historia que escribió Rafael Aviña”.
Bosco agrega a su respuesta anterior: He recibido excelentes comentarios, todos los que la han visto hablan muy bien. La película les gusta a todos... pero yo no me creo los halagos de la gente cercana porque regularmente no son sinceros, prefiero esperarme a ver cómo funciona en la taquilla, a ver cómo la recibe el público.
Caso no resuelto
Borrar de la memoria cuenta la historia del periodista Germán Acosta, quien escribe un libro sobre un brutal caso criminal no resuelto. Se trata de la historia de Diana Inés, joven conocida como la empaquetada, muerta en julio de 1968. El protagonista se involucra también en la historia de Roberto Rentería, joven ex alumno del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Nacional Autónoma de México, muerto en circunstancias extrañas ese mismo año y autor de un enigmático documental centrado precisamente en el caso que Acosta rastrea. Las actuaciones están a cargo de Adalberto Parra, René Campero, Diana García, Jorge Luke, Rodrigo Virago, Emmanuel Orendáin, Patricia Garza, Gabriel Retes y Dunia Saldívar.
Bosco Arochi menciona: “Defino Borrar de la memoria como una película diferente; a mucha gente le molesta que diga esto, lo cual no quiere decir que sea mejor o peor que el resto de las películas mexicanas, sino que desde la concepción de la cinta es distinta porque todos los que participamos somos muy apasionados y nos clavamos en todo lo que hicimos. Ahora mismo estoy viendo todas las notas que se han publicado y transmitido, en las que obviamente las estrellas son Alfredo Gurrola, Rafael Aviña y los actores, quienes dan la cara, pero detrás hay un equipo que trabajó con una fuerza impresionante. El departamento de arte con Mariana Fernández a la cabeza hizo un trabajo increíble; la gente del vestuario también lo hizo de forma incuestionable; la fotografía de Juan Bernardo Sánchez Mejía, impresionante, y los del equipo de producción también hicimos nuestro mejor esfuerzo... La pueden calificar como quieran, pero la realización sí fue hecha de forma distinta”.
Bosco recuerda: “Una vez escuché que Rafael le dijo a Alfredo: ‘Oye tengo una historia de una chica que encontraron hecha pedazos en una maleta, se conoció como el caso de la empaquetada en julio de 1968’. Alfredo respondió: ‘Vamos a hacerla’. Después se fue conjuntando la ideología de cada uno de ellos para poner todos los ingredientes y hacerla muy cinematográfica... la fueron armando poco a poco. Creo que desde el origen no fue una idea preconcebida de ‘vamos hacer la película de la empaquetada y la ligamos al movimiento estudiantil del 68’. Se fue armando en el camino y resultó esto; ése es uno de los valores de Borrar de la memoria. Pudo ser más fácil irse por la senda e ponderar el movimiento estudiantil por su importancia; pero no, Alfredo y Rafael la fueron construyendo cada uno para llegar al punto, en el que la película se desarrolla.
Debo decir que cuando leí el primer borrador del guión no pude dormir, porque era una historia mucho más violenta; por ejemplo, la muerte de la empaquetada se describía con detalles explícitos. La actriz estaba contratada para hacer dos desnudos, pero al momento de la realización Alfredo decidió que no eran necesarios. No pensó si hacer un desnudo beneficiaba a la película, sino al momento de filmarla no le nació desnudar a la actriz. Es un filme muy del estómago sin dejar de usar la cabeza. Claro que este es mi punto de vista.
Para el productor no hay duda de que Borrar de la memoria es una buena película: “La importancia de la cinta es la conjunción de los tres temas principales: el thriller de la empaquetada, la historia de amor y la revuelta estudiantil de 1968; cómo se revuelven y dan un buen resultado. La importancia es el planteamiento de la situación que se da en el 68, que nos hace pensar en la corrupción, en la desconfianza de la gente en sus instituciones... La he visto siete veces y cada vez identifico más la situación actual del país con lo que plantea la película: una corrupción brutal, una policía que no sirve para nada, un país que tiene 50 mil muertos... esa es la importancia de la película, que nos cuenta una historia de hace 40 años, pero tan vigente que hoy aparecen descuartizados y descabezados por todos lados”.
Asunto discutible
Bosco finaliza: Qué tan conveniente es hablar de estos temas ante el clima de violencia que vive el país, es discutible porque Televisa hizo una reunión con otros medios de comunicación para no informar mucho del tema de la violencia, pero el acuerdo al que llegaron se lo pasaron por el arco del triunfo, pues hablan de violencia cada vez que les pega la gana o les conviene. Todo depende del tratamiento que se dé al tema. Si se hubiera querido hablar de forma morbosa de la descuartizada, lo podríamos haber hecho: empezar la película con 18 tomas a detalle de cómo la descuartizaron; teníamos una muñeca muy bien diseñada para hacer las tomas que quisiéramos. Otro ejemplo es que cuando detienen a las dos chicas sólo marcamos el hecho, pero en los separos la policía hacía cosas brutales. Sin embargo, se filmó suavecito porque esa fue la intención.
Articulo original en:
http://www.jornada.com.mx/2011/10/13/espectaculos/a09n1esp
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